En la región centroamericana de Chiliuapán el reloj estaba dando las doce de la madrugada cuando llegó el padre de José Suárez, agricultor y ganadero de la región. Parecía cansado y taciturno después del largo viaje y lo primero que hizo fue abrazar a su hijo que contento por el regreso y curioso le preguntó:
-"¿y qué había allí, papá?". Esperando que el progenitor le contase las maravillas que en la gran urbe vió.
A lo que su padre le dijo:
-"Vi a mucha gente que iba y gente que venía apresurada, vi gente con traje y gente con bolsas…
…Pero nadie me vió a mí".
Qué bonito!!