Detectamos que cada día en nuestras ciudades está creciendo de manera alarmante el número de jóvenes que viven en situación de riesgo, en una realidad marcada por la precariedad social, una situación privada de oportunidades para cumplir su proyecto de vida. Se les está relegando a una situación desprovista de los derechos básicos que entendemos en nuestra sociedad, como son el derecho a una vivienda, a una vida digna, a la educación o a un trabajo.
Somos sensibles a esta situación y a la historia que hay detrás de cada uno de los jóvenes que la padecen. Por eso proponemos un modelo de sociedad inclusiva que permita a cada uno crecer como persona, siendo fiel a sus orígenes e integrándose en una nueva sociedad multicultural, donde todos seamos protagonistas. Proponemos un modelo basado en la educación intercultural, en la transmisión de valores a través de experiencias vitales, centrado en la construcción de la persona, atento al momento crucial de la adolescencia y la construcción de la identidad en contexto migratorio.