Desde Aracena a la Peña de Arias Montano

`      Si sales en otoño por la sierra de Aracena, la sensación constante es que detrás de algún tronco, bajo la gran capa marrón de hojas secas o en una curva del camino te va a salir al paso de repente un duende, un gnomo, un ogro o cualquier otro ser de los que estoy seguro que habitan esos bosques. Pues bien, esta idea teníamos en la cabeza quienes realizamos el agradable trayecto desde Aracena, donde pasando por Fuenteheridos terminamos en la Peña de Arias Montano.

      En Aracena, antes de empezar la marcha visitamos la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, o como popularmente se le llama"el Castillo", una construcción medieval que domina la localidad desde un alto y que te invita a que te transportes a la edad media, periodo en el que fue construida y esencia que conserva por dentro y por fuera tras el paso de los años. Después de dejar la localidad, en una atmósfera de tranquilidad y calma cogimos la vereda con dirección a Fuenteheridos, localidad a la que llegamos a media mañana y que nos recibió con un mercado en su plaza donde nos ofrecieron el sabor del otoño en la sierra de Huelva, me refiero a la miel con piñones, a las castañas y las frutas pasas, a los frutos secos como pistachos, almendras o avellanas, quesos y embutidos y como no, a las setas, tierra micológica por antonomasia.

      Tras provisionarnos para la pitanza que nos esperaba seguimos por los senderos que nos acompañaron con similar paisaje durante todo el camino, es decir, un manto de hojas de castaño, bellotas y castañas, acompañados de alcornoques, madroños, castaños y encinas y con la suerte de ver diferentes tipos de setas cada cierto tiempo. El camino nos llevó a la Peña de Arias Montano, desde donde disfrutamos de una vista de la sierra en tonos verdes, marrón y amarillo y de una comida con los frutos oriundos de la comarca que aparte de la calidad de la misma, supo más rica sólo porque la comimos allí.